NO AL TRANSPORTE PÚBLICO ANTISOCIAL
El deseo de un mejor transporte público aún no se cristaliza, las mejoras no son reales, ya que los controles son tímidos y cómplices.
La mala costumbre social constituye en el provecho del conductor inconsciente, que no incluye la revisión del mecanismo de su vehículo, no lo repara porque no se le reclama formalmente, estos se comportan amenazantes ante el reclamo ciudadano.
En cuanto a los conductores, las inspecciones no tendrían que ser solo para sus vehículos, existen muchos ilícitos además de los trameajes y cobros excesivos, entre las medidas Municipales se debe buscar la manera de control- ¿Quién conduce un vehículo de transporte público? ¿Cuáles son sus antecedentes penales? ¿Quién ingresa a un sindicato? mediante la respuesta a estas interrogantes podremos prever delitos que el ciudadano y el chofer honesto sufren a diario.
Los estudios económicos del transporte no solo se encaminan a los gastos operativos del chofer, también se debería tomar en cuenta el ingreso percápita social, entonces que no se suponga que solo los funcionarios públicos actúan como la sociedad económica de un País.
Quienes velan por el cumplimiento a las ordenanzas municipales estarían actuando premeditadamente en medir e imponer tarifas sin consultas colectivas, el costo de pasajes en el transporte público nacional es muy alto. Las medidas de modificación tarifaria por parte del Gobierno Autónomo Municipal de La Paz no se puede legalizar, el aumento no puede ser anual cuando no hay avance real y estos no sean notados por los usuarios, peor aún si el análisis colectivo no lo acepta, las estadísticas monetarias sociales demuestran que no existe estabilidad.
En síntesis el alza llegará a ser perjudicial para el que la propuso para el que la acepte y para todo el entorno territorial de La Paz, esperemos que este solo sea un intento improvisado que no midió consecuencias.
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